El nacimiento es una fiesta
Publicado por Goretti Paola Trevino en
El nacimiento de un hijo es motivo de gran celebración. Nos preparamos para recibir al nuevo integrante de la familia por 9 meses y a veces más, cuando este bebé ha sido añorado por semanas, meses y hasta años antes de su concepción.
Y entonces para su llegada, mandamos hacer un anuncio para la puerta del cuarto del hospital, compramos regalitos que repartiremos entre los que vengan a conocer al bebé y quizás hasta contratemos a una especialista para arreglar nuestro cuarto de hospital o la salita de espera anexa.
Pero si nos detenemos a pensar un poco ¿para quién es esta fiesta de bienvenida? ¿para la mamá? ¿para el bebé? ¿para la nueva familia? ¿o para las mismas visitas?
El nacimiento de un bebé ha pasado a ser en nuestra sociedad un evento público, en vez de uno íntimo, como es esperado por el bebé y la naturaleza, y este hecho ha tenido consecuencias devastadoras en la creación de vínculo mamá-bebé y en el éxito de la lactancia materna.
Tras el parto existe una breve ventana de oportunidad en la que debe de iniciarse el contacto y la alimentación al pecho. Tras la expulsión de la placenta, se desencadenan una serie de cambios hormonales que disparan la producción de leche, pero es del amamantamiento frecuente y la duración de las tomas de las que dependerán el volúmen y el contenido nutricional de la leche.
Por esta razón es importante que el nacimiento sea un evento en el que mamá y bebé se den el tiempo de conocerse y empezar este baile de contacto, alimento, calor y acompañamiento. ¿Cómo podemos iniciar entonces de la mejor manera?
* Haciendo contacto piel a piel inmediatamente después del parto.
* Procurando que el bebé mame en la primera hora.
* Evitando la separación de madre y bebé para medir, pesar o bañar al bebé.
* Solicitando el servicio de habitación conjunta.
Y una vez que estén ambos en su habitación; sigue conociendo a tu bebé y ayudando a que tu lactancia sea exitosa.
* Teniéndolo piel con piel el mayor tiempo posible para que aunque el bebé esté agotado y/o adormilado lo incentives a comer.
* Poniéndolo al pecho a las primeras señales de hambre.
* Evitando que el bebé ande de mano en mano.
* Si no puedes o quieres evitar las visitas, limitando su tiempo en tu habitación.
No te olvides de que efectivamente el recibir a tu bebé es motivo de alegría y fiesta, pero una fiesta privada en la que ambos se conocerán y empezarán este viaje emocional. Date este regalo. Dale esa bienvenida tan especial. Date.
-Mamífera.